COMPENDIO SOBRE NUESTRA PEREGRINACIÓN
Los
peregrinos realizan, a pie y cargados con su mochila, los aproximadamente 80
kilómetros que separan a la ciudad de Sevilla de la Aldea del Rocío. En una
batea, remolcada por un tractor, llamada “cocina”, se lleva la comida, las
bebidas, el agua, los generadores eléctricos y todo lo necesario para guisar.
La comida la preparan unos peregrinos que sacrifican su caminar para dar de
desayunar, almorzar y cenar a mas de un centenar de peregrinos.
El camino
se inicia en la Parroquia de Nervión y se transita por calles y avenidas en
dirección suroeste, hacia la Base del Copero; tras cruzarla, se continúa hasta
la orilla del rio, donde aguarda la barca que los conduce a Coria del Rio;
después se prosigue hasta La Puebla del Rio; un camino entre arrozales, el
caluroso “caminito del arroz”, y otro paralelo a la carretera, lleva a los
peregrinos hasta los pinares para pasar la noche. El sábado muy temprano se
camina hasta el Vado del Quema, para después proseguir hasta Villamanrique; en
la finca Tres Pinos, próxima a la Raya, se pasa esta segunda noche del camino. Sobre
las cinco de la madrugada, aún de noche, se transita por la Raya Real y se
llega a Palacio al amanecer; la interminable “raya chica”, que no es ni raya ni
chica, concluye en el Ajolí. Por fin, los peregrinos de Nervión han llegado al
Rocío.
Los motivos
por los que cada persona se pone en camino, quizás solo lo sepan Dios y el
peregrino. Pero, a diferencia de muchos peregrinos del Camino de Santiago, aquí
el peregrino no camina solo; lo hace en unión de su gran familia peregrina, formando
parte de la Peregrinación de Nervión.
La
Peregrinación de Nervión es una peregrinación de cristianos, miembros de la
Iglesia y organizada en el seno de la Iglesia. Se peregrina hasta un santuario
mariano, para adorar a Dios y venerar a la Santísima Virgen María en su
advocación de Nuestra Señora del Rocío.
En la
Peregrinación se reza y se canta -cantar
es rezar dos veces - Se escucha la
Palabra de Dios y se alaba al Señor en los Laudes de cada amanecer. Cada medio
día se reza el Ángelus: el viernes ante el Simpecado de Coria, el sábado en el
Templete de Vado del Quema y el domingo sobre las tablas del puente del Ajolí.
Todos los días rezamos el Santo Rosario: el viernes al anochecer en los pinares
de Aznalcazar, el sábado en los Tres Pinos y el domingo por la mañana mientras
caminamos por la “raya chica”. Y la Salve… cantamos muchísimas veces la Salve:
antes de salir de la Parroquia, navegando en la barca, ante los Simpecados de
Coria, de La Puebla y de Villamanrique, en el Templete del Vado del Quema, en
el puente del Ajolí. Pero dos de las Salves nos emocionan especialmente: son
las que cantamos, unidas nuestras manos, en un inmenso círculo cuyo centro es
la Cruz, tras finalizar el rezo del Santo Rosario. Y la última Salve, la que le
cantamos a Ella y frente a Ella, en el Santuario, al terminar la Misa donde
hemos escuchado la Palabra y hemos recibido el Cuerpo de Cristo; esa última Salve
no todos pueden cantarla… unos por tener la garganta rota de tanto vitorear a
la Virgen y otros porque la emoción y las lágrimas se lo impiden.
En la
Peregrinación se sufre: calor, momentos de sed porque el vehículo que nos trae
el agua se retrasa, picaduras de mosquitos, ampollas en los pies, falta de
sueño, insomnio por los nervios y por los ronquidos de los demás. Pero en la
Peregrinación los peregrinos son inmensamente felices. Saben que al final del
camino, Ella nos aguarda.
La
Peregrinación tiene momentos muy intensos y emocionantes: el cruce del
Guadalquivir en la barca; el desembarco y el Ángelus en Coria; el sostener con
tus manos el Simpecado de La Puebla; la comida que compartimos todos juntos a
la mesa y que hemos Bendecido a Dios por concederla; la oración por los
peregrinos difuntos en el Templete del Vado del Quema y el cruce del rio
Guadiamar por este vado; la entrada en la Parroquia de Villamanrique; el
vislumbrar Palacio al final de la Raya; los bautizos en el Ajolí, cuando
bautizado y padrino se funden en un abrazo; los últimos pasos por las calles de
la Aldea; la contemplación de la celestial belleza de la Virgen en el camarín
de su retablo; y, cuando ya hemos salido de la Ermita, de dos y dos y todos con
todos, nos fundimos en un abrazo apretado e interminable.
Los
peregrinos de Nervión somos una gran familia. La Peregrinación ocupa un lugar
muy importante en nuestras vidas. Todo el año estamos, como dice la
sevillana “soñando con el camino”,
Mantenemos entre nosotros unos fuertes vínculos afectivos. En suma, la
Peregrinación, durante todo el año y no solo tres días, propicia una fraternal
convivencia cristiana y nos impulsa a ejercitar el Amor Fraterno y la Caridad.
¡VIVA LA
VIRGEN DEL ROCÍO!
¡VIVAN LOS PEREGRINOS DE NERVIÓN!
FICHA PEREGRINOS DE NERVIÓN
AÑOS CAMINANDO: 20 años caminando hacia Ella
FECHA PEREGRINACIÓN 2016: 1, 2 Y 3 DE JULIO.
Nº PEREGRINOS 2016: 116 peregrinos. Aprox.
Nº PEREGRINOS 2016: 116 peregrinos. Aprox.
RECORRIDO
Y HORARIOS:
Viernes,
1 de julio de 2016
06:00 h. Santa Misa en la Parroquia.
06:45 h. Salida de la Parroquia.
10:00 h. Desayuno en el Copero.
11:45 h. Visita Hdad. Rocío de Coria
(Ángelus).
12:30 h. Visita Hdad. Rocío de la Puebla.
14:30 h. Parada almuerzo
17:30 h. Salida de la parada.
20:00 h. Parada nocturna (Los Montes de la Puebla ).
22:00 h. Rosario.
22:30 h. Cena.
Sábado,
2 de julio de 2016
06:00 h. Diana.
06:30 h. Desayuno.
07:15 h. Laudes.
08.00 h. Salida de la parada.
12:00 h. Ángelus en el Quema.
13:30 h. Visita Hermandad de Villamanrique
15:00 h. Parada almuerzo (Polideportivo –
Villamanrique)
18:00 h. Salida de la parada.
19:00 h. Parada nocturna (Los tres pinos).
21:30 h. Rosario.
22:00 h. Cena.
Domingo,
3 de julio de 2016
04:30 h. Diana y desayuno
05:00 h. Salida de la parada.
07:30 h. Palacio.
08:00 h. Salida de Palacio.
10:30 h. Río Ajolí.
12:00 h. Ángelus en el Río Ajolí
13:00 h. Misa en el Santuario de Ntra. Sra.
del Rocío.
14:30 h. Vuelta a Sevilla en autobús.
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