¡Atrás quedaron los bueyes, carretas y “Simpecaos”!
Así, magistralmente, definió nuestro particular poeta, el
tiempo que se nos viene encima. Ya, nuestras queridas hermandades de Coria,
Puebla, Villamanrique y el Cerro, aguardan en su corazón los recuerdos de una
magnífica romería, comienzan las limpiezas de sus enseres y todo vuelve a la
normalidad, esperando que, si Dios quiere, llegue la del año próximo.
Por el contrario, nuestros corazones peregrinos, palpitan con
más fuerzas, las visitas al altillo o trastero, donde tenemos guardadas
nuestras mochilas esterillas y sacos, comienzan a ser frecuentes para revisar
que todo está bien, o qué es lo que hay que renovar.
Las visitas previas a los centros comerciales especializados
en deportes, son muy habituales, que si unos calcetines anti ampollas, que si
una linterna, esterilla nueva, almohada, cubiertos, etc… Una lista mental se
crea automáticamente por estas fechas, en la que vas recordando que falló el
año pasado, que quieres cambiar, que idea llevó tal o cual peregrino que sea
digna de copia.
La gorra, spray para los mosquitos, no ponerse cerca de los
que roncan…
El propósito de enmienda, de llegar más entero que el año
anterior, hace que muchos salgamos a caminar por las tardes, para ir
aclimatando nuestro cuerpo y en especial nuestros pies.
Decía antes, que unos empiezan a recoger lo que ya es un
sueño de romería y, sin embargo, nosotros comenzamos con el montaje de la
carriola, las compras, las solicitudes de permisos, el botiquín, la imprenta
con los librillos y carteles.
El pregonero ya estará dando sus últimos retoques y
comenzando a ensayar, su presentador, nervioso, como siempre…
Los Jarrillos que no falten, ¡el tirador que lo limpien!, la
cocina lista y dispuesta ¿Qué habrá este año, carne en salsa o con tomate? ¿habrá
papas con chocos o solo pasta? ¿nos quedaremos sin agua? ¿Cuántos kilos de
patatas dices? Y sin fuego ¿Cómo calentamos el café? La libreta de las
peticiones ¡Que no falte! ¿me tocará este año un misterio del Rosario? ¿Y este
año tenemos cura para el santuario?
Tantas y tantas cosas que se nos van pasando por la cabeza
estos días previos, pero tantos y tantos sentimientos que nos van floreciendo,
o es que no has empezado a entonar alguna de las plegarias de nuestra
peregrinación, sé sincero, no te has sorprendido tarareando eso de “El campo
quedó en silencio…” ¿qué es eso que hace que nuestro cuerpo vaya cambiando? Eso
queridos míos, es la Fe y la ilusión. Ilusión por que lleguen las 06.00 del
viernes 22 y encontrarte con esa otra FAMILIA, la de tus peregrinos, ilusión
por convivir, por cantar, por rezar, por andar duramente bajo el sol y por la
arena, para llegar a la Gloria. Y esa Ilusión no tendría cabida sin Fe, ya que,
por la idiosincrasia y dureza de este camino, sin Fe no sería posible realizarla,
es más, no sería posible ni organizarla, puesto que es muy muy difícil a nivel
institucional y burocrático organizar estas cosas, pero igual que es difícil caminar
70 km con una mochila y se hace por verla a Ella y a ese “pequeño” que tiene
entre sus manos, la Fe hace que se pueda todo.
Es por estas cosas, que nos hacen consciente de que tenemos
en nuestras manos algo grande, muy grande, cuidemos nuestra peregrinación,
seamos ejemplares cada uno de nosotros, enseñemos al nuevo peregrino, pero,
sobre todo, disfrutemos de esos nervios previos y más aun de nuestro entrañable
camino.
Disfrutemos de los preparativos, de los personales de cada
uno, de nuestra mochila, nuestro ahijado, de tus inseguridades y de esa promesa
que llevas en tu corazón y que le vas a ofrecer a la Virgen; pero también,
disfrutad de esos preparativos en común, ya sea para montar la carriola,
colaborar en las inscripciones, ayudar a pegar carteles, montar el pregón o ir
a recoger las donaciones que nos hacen algunos comercios, es decir disfrutar
colaborando en la preparación de algo que es de todos y para todos.
Disfrutad de vuestro camino, de la compañía y de la soledad,
de las oraciones y de los cantos, de las risas y de los llantos… Disfrutad,
disfrutad mucho, este camino está concebido para llenarse del Señor y de la
Virgen, para tener las pilas cargadas para todo el año, por eso DISFRUTAD y
cuando veáis errores, que los habrá, no os enfadéis, pues no son mal
intencionados, nadie va para fastidiar, ni se hacen las cosas mal queriendo,
por eso, cuando veas algo que crees que se pueda mejorar, coméntalo para que en
un futuro se le pueda dar forma, pero, no te turbes y disfruta.
Ya sabemos que cuando atrás quedan los bueyes, las carretas
y los “Simpecaos”, nos toca hacer lo que más nos gusta, seguir nuestra Cruz
Peregrina para estar de nuevo a su lado, así que no dejéis de pensar, de
repasar, de sentir, de emocionaros, de tararear, de preparar mochilas, de decir
a vuestro amigo, vecino o primo, que si no viene, se va a perder algo muy
grande, que, para tocar el cielo, desde Nervión, solo hay 70 km, tres días y un
puñado de buenos Peregrinos, que están deseando Seguir su cruz Peregrina y estar de nuevo a su lado.
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